Dione moneta poeyii

Dione moneta poeyii
Dione moneta poeyii

viernes, 18 de julio de 2014

Larvas en mi jardín

Me refiero a las larvas de insectos lepidopteros, auque a lo mejor en las   fotos haya larvas de otro tipo.

Larva es en nombre correcto para esta etapa de la metamorfosis de las mariposas, sin embargo, recuerdo que en mi pueblo (Naranjo de Alajuela) a veces usábamos erroneamente el nombre de gusano y oruga que si es  más aceptado.
Las mariposas que utilizan las plantas hospederas que tengo en mi jardín, desde luego se reproducen aquí; ponen huevos y de ellos salen las larvas, que continúan con la etapa de pupa o crisálida y finalmente sale volando el adulto, la mariposa.
Así que con cierta frecuencia observo algunas larvas que he aprendido a identificar. Por ejemplo de "Monarca" que para mi ha sido las más simple de seguirle todas las etapas de la metamorfosis.

También las que se hospedan en las pasifloras, como " Dione moneta poeyii", " Dryas iulia" y "Heliconius charitonia" o cebras. Las más expectaculares fueron las de "Rothschildea lebeau" (Cuatro ventanas), que pudimos observar desde la postura de huevos, las larvas , dos capullos y tres alegres y rom
ánticos adultos cortejándose, porque habitaron en un limonero que hay el patio de mi amiga Marie.

Con la ayuda de amigos expertos en mariposas he identificada tres tipos de larvas de mariposas, a las cuales nunca les he podido observar el adulto, por ejemplo "Pachyla ficus", "Pobetron hipparchia" y " Gonodonta fulvangula".
De todas ellas le adjunto una modesta fotografía aquí, seguro que usted podrá distinguirlas.
Hay otras, como las primera y segunda de la primera fila, que las he observado en unas plantas de margarita, pero no tengo idea de la familia a que pertenecen. Son muy pequeñas, no muy faciles de fotografiar con una lente estandard.
Tampoco se a cual especie pertenecen las espinosas de la tercera fila.

Danaus plexippus
Pachylia ficus.
Heraclides Thoas


Phobetron hipparchia
Gonodonta fulvangula

sábado, 26 de abril de 2014

Gonodonta fulvangula (Noctuidae - Catocalinae)

Hace unos seis meses encontré un tipo de larva que me llamó la atención.


Estaba en una planta que desconozco su nombre, sus hojas son gruesas, quizás de 0,5 mm de espesor, unos 8 cm de largo y 5 cm en la parte más ancha.
Crecen alternadas en los tallos, son jugosas, quizás prima de las suculentas y de ciertos cactus. Su color, el mismo de los tallos es un verde musgo y más claras por el reverso.
Si con esta descripción de aficionado novato usted logra identificarla, le agradecería un comentario, hay una foto al final.


Mi amigo Marco Tulio Saborío y yo tomamos algunas fotos de la larva y aquí le muestro algunas.
Luego de unos días no las volví a ver. Supongo que alimento no les faltó porque las hojas de las plantas quedaron todas mordisqueadas.
¿Se habrán ocultado en la tierra de las macetas, o en las raíces?
¿Habrán completado su metamorfosis y el adulto voló?
¿Las devoró algún depredador?
En realidad no lo sé.

Estuve revisándolas frecuentemente, porque quería ver la pupa y la mariposa, pero no lo logré esta vez.
Espero que el adulto regrese y deposite nuevos huevos.

Supongo que es una especie de polilla y posiblemente vuelva durante la temporada de lluvias.
De lo que sí estoy seguro es que mi planta es su hospedera.

Le remití unas fotos a quien siempre me ayuda con las identificaciones, el biólogo del INBio Isidro Chacón, quien gentilmente me contestó indicándome que las larvas son de Gonodonta fulvangula (Noctuidae: Catocalinae).

En las láminas 232 y 242 del libro “Mariposas de Costa Rica” (espero su reedición), se encuentras algunas fotos de larvas de  “gonodontas”.

Bueno, si se trata de una larva de mariposa nocturna. En la página 136 del citado libro encuentra una descripción de la familia Noctuidae y en la 144 de la subfamilia Catocalinae.




http://www.brisbaneinsects.com/brisbane_noctuidae/CATOCALINAE.htm
 


lunes, 10 de marzo de 2014

Anita y sus hermanas monarca

Colaboración de Marie Lissette Alvarado


Tengo una pasión por las lepidópteras, especialmente por las monarcas.

Tal vez existen mariposas mucho más hermosas, pero es que la primera mariposa que cuidé y logré verla partir fue una de esta especie, la llamé “Chavela”; desde entonces mi amigo y tutor Jav me ha ayudado con la adquisición de plantas, literatura y accesorios para tener una especie de “mariposario a cielo abierto”.
Así que tengo en el patio de mi casa, desde hace unos meses, lo que llamaría una pequeña plantación de unas 10 matas de asclepias curasávica ya que son perfectas hospederas para el desarrollo de los huevecillos y orugas de la mariposa monarca .
La primera floración se produjo aproximadamente a finales de enero, por fortuna, las monarcas no se resistieron a la oportunidad de visitarlas y depositar su descendencia en ellas.
En cuestión de una semana las orugas recorrían todas las plantas posibles devorando las hojas a su paso con tal de alcanzar un buen tamaño y peso (calculo que pueden alcanzar unos cinco centímetros de longitud por un centímetro de diámetro, aunque he notado que algunas no tienen la dicha de alcanzar esas dimensiones), casi extinguen mis plantas.

Cuando tenía tiempo, trataba de ahuyentar a los pájaros que las consideran un manjar y cuando veía a las rapaces hurgando entre las plantas corría a espantarlos, tarea casi imposible pues tendría que estar como centinela custodiándolas prácticamente todo el día.
En fin, las que lograron sobrevivir comenzaron su éxodo para iniciar su siguiente etapa; la de convertirse en crisálidas. Debo haber contado más de 30, unas alcanzaron los lugares más inusuales, otras los más inaccesibles para los pájaros, otras tomaron las cosas con calma y se colgaron en lugares cercanos  a las plantas, lo que me permitía observarlas con toda comodidad.
Para quienes disfrutan de la observación y aprender de la naturaleza las lecciones que ella ofrece nunca se acaban, nunca se termina de ampliar el conocimiento y para mí es uno de los principales ingredientes de la vida.
En este punto, la mariposa está totalmente indefensa pues está iniciando su etapa final, es impresionante ver este proceso: una vez que la oruga encuentra un lugar donde anclarse segrega por su parte posterior una sustancia fuertemente pegajosa donde fijará sus últimas patitas traseras, es muy importante que la oruga esté firmemente sujeta a una superficie que ella considere estable,  porque cuando tenga que romper la crisálida es vital tener un buen soporte.
El resto del cuerpo lentamente se desprenderá y se quedará colgando en forma de una J con su cabeza suspendida hacia abajo. Así permanecerá por un lapso aproximado de una hora o más, todo depende de la oruga y de su condición.
De pronto, el brillante y hermoso color entre franjas verdes y negras  que la caracteriza comienza a oscurecerse; el proceso se ha iniciado entre cortos lapsos de tiempo, a veces la oruga tiende a realizar una serie de movimientos como de “retorcijones”, de inmediato, iniciando por la cabeza y recorriendo su espalda, la piel del animal se rompe y se comienza a apreciar la crisálida, que seguirá retorciéndose a intervalos hasta lograr desprenderse de la vieja piel y quedar dentro de su incubadora de un hermoso color verde jade con unos brillantes puntos dorados cual collar de perlas en la parte superior, descubrí que mientras se mantenga con ese tono brillante jade, la crisálida está bien.
Lamentablemente en esta etapa muchas mueren; pareciera que algún tipo de insecto (mosca, avispa, o cualquier otro) se aprovecha de su vulnerabilidad y las pica, inyectándole sus huevecillos.
"Anita" con problemas. Las alas
están rírgidas, antes
de desplegarse completamente.

Cuando esto ocurre la mariposa está condenada a ser el platillo principal de su indeseable huésped que aparentemente se desarrolla mucho más rápido que ella, porque me encontré que algunas crisálidas tenían a un lado un hueco por donde el depredador se liberó dejando una acuosa y desagradable cosa de color negro que más bien parecía una bolsa de basura.
Otras simplemente no lograron el proceso metamórfico y se volvieron completamente de color negro oscuro, pero no les encontré huecos u otro daño que explicara se muerte, pienso que cumplieron con el proceso pero posiblemente no reunían las condiciones apropiadas para continuar con su desarrollo.
Pero muchas lograron finalizar su metamorfosis. ¡Lograr ver esta última etapa es toda una experiencia!
Cuando la mariposa rompe la crisálida siempre lo hace por la parte de abajo para salir de cabeza, se derrama un líquido (digamos como cuando los mamíferos rompen fuente al momento que se empiezan a liberar de la placenta) dicho líquido lubrica a las alas para que no se dañen pues vienen “empaquetadas” como un paracaídas y deben de desplegarse sin sufrir daños (bueno… eso es lo ideal) ya que su supervivencia dependerá completamente de ellas.

"Anita" no logró desplegar a tiempo sus alas.

Al  terminar de sacar todo su cuerpo, su abdomen viene tan hinchado como el de una avispa, la razón es que dentro de su vientre viene todo el suministro de fluidos que deberá de bombear hacia las alas para que se abran y fortalezcan de manera apropiada. Todo este trabajo debe desarrollarlo estando de cabeza para que la gravedad le ayude a su propósito.
Aún en este momento, la mariposa está débil e indefensa, su único objetivo es abanicar suavemente sus alas, cuando se siente lista, comienza a revolotear y a posarse por todas partes, no solo pareciera una práctica de vuelo, sino que también es como si reconociera el lugar y trazara en su mente un mapa de la zona después de un buen rato de hacer esto se alejan.
Pero esto es en el mejor de los casos; ¿recuerdan que comenté que algunas se colgaron en lugares inaccesibles para los pájaros? Pues también se convirtió en el lugar más inapropiado para nacer, varias monarcas quedaron atrapadas dentro de una pequeña bolsa plástica llena de retazos de cerámica, lo que impidió que al salir de su crisálida pudieran desplegar sus alas, fue muy acongojante ver que eran mariposas sanas y fuertes pero sus alas estaban especialmente desfiguradas en las puntas, e incluso parcialmente rotas.

La primera que encontré en tan terrible condición le llamé Anita y posteriormente encontré las otras 3 hermanas que se encontraban casi en la misma situación.
Rápido busqué una caja con cedazo que tengo a modo de pequeño mariposario, una maternidad para emergencias, las coloqué dentro de la misma y les proporcioné un pequeño recipiente con agua azucarada. Como la caja es de cartón, es muy liviana y cómoda de manipular, así que en las mañanas las sacaba para que recibieran sol y el viento las animara. Allí sabía que estaban seguras de cualquier depredador, incluso por las noches las dejaba dentro de la casa y en un lugar cerrado les permitía estar fuera de su refugio por un rato para que movieran las alas y se ejercitaran.
Pero es un hecho que si al nacer las alas se deforman ya no tiene solución, porque al nacer son sumamente suaves y delicadas, pero al estar en contacto con el aire se vuelven muy resistentes y ya no hay forma de cambiar cualquier deformación que traiga o que les ocurra.
Busqué por internet alguna ayuda y la que me encontré requería de alas de otras mariposas para efectuar la arriesgada restauración.
Por desgracia, ni tenía el material ni las agallas para realizar una operación de ese tipo, así que cuatro días después de estar brindándoles cuidado….Murieron.

Otro caso que lastimosamente me encontré fue el de una monarca que solo logró sacar la mitad de su cuerpo de la crisálida y por alguna inexplicable razón también murió; ¿tal vez estaba débil?, ¿fue picada de manera tardía y su asesino no pudo comérsela por completo y ella solo logró sacar la parte que le quedaba? Esto último me parece tan macabro como una película de terror sobre alienígenas, pero aún no tengo las respuestas. 
Esta vez mi hija se mostró mucho más interesada por esta generación de  monarcas desde un principio, las contó, tomó fotos y videos de la etapa larva-pupa (unos dos minutos). De la crisálida ya con las alas negras y rojas casi totalmente desarrolladas, pero aún dentro de la “envoltura uterina”  y, desde luego  del nacimiento.
Ya fuera como terminase el ciclo de las monarcas, pocas lograron secar sus alas y volaron libres para vivir la aventura de una nueva vida.
Ahora las plantas están creciendo de nuevo, las hojas están brotando, en espera de las hermanas o primas de Anita, o nietas de la abue
la Chavela.

viernes, 14 de febrero de 2014

Catasticta teutila


El domingo 9 de febrero realicé una excursión al Parque Nacional Braulio Carrillo- Sector Volcán Barva. Es una caminata agradable desde el poblado de San Gerardo, si no quiere maltratar su vehículo. Primero hasta la estación de guarda parques, un poco más de una hora y luego, ya dentro del parque puede tomar varios senderos hacia diferentes miradores y a la laguna del Barva, en cuyos alrededores la mayoría de los caminantes toman su merienda de medio día. Estaba lloviznando en ocasiones, pero algo débil, nada que no pudiera remediar una chaqueta semi-impermeable. Admiramos principalmente plantas y sus flores, algunos insectos y pájaros, entre ellos varios tipos de colibríes. Mamíferos solo unos curiosos cachorritos de raza Huskee, vacas diciéndonos "muuu" y un potrillo, cerca de las casas a lo largo del camino de acceso. Bueno, de regreso a San Gerardo había un hato completo de ganado, pastando en una pendiente, muy apropiadamente vigilado por una Luna casi llena a las 4 p.m.


Casi al llegar a la cima, poco antes de la laguna, observamos esta linda mariposa. Estaba posada sobre las hojas húmedas que cubren el sendero. No se movía, pero supongo que estaba viva y no la perturbamos más que con las fotos de 4 de nosotros, que aunque parezcan ser la misma, se las acompaño, solo como testimonio y para notar algunas leves diferencias.

El lunes consulté al biólogo costarricense y curador de lepidóptera desde 1979, don Isidro Chacón, a quien siempre acudo para verificar una observación.
Claro, primero hice la tarea, buscando en el libro Mariposas de Costa Rica, que le recomiendo como primera referencia, pues las fotos y explicaciones son muy claras. Luego confirmando en sitios de Internet, como el de INBio y otros. En cualquier consulta, especialmente en Ciencias y Matemática, al profesor no se le llega diciendo –no entiendo nada-. Hay siempre que investigar, hacer la tarea y llegar hasta el máximo de nuestra capacidad, no importa si la conclusión tuvo algún error. El maestro siempre espera y aprecia que el estudiante no le llegue –totalmente vacío-.

Pues bien, don Isidro me contesto: “Si señor, es una hembra de Catasticta teutila flavomaculata Lathy & Rosenburg, 1912, es endémica de Costa Rica y Panamá.”

En la lámina 107 del libro hay dos hermosas fotos (hembra y macho) en vista dorsal, con las alas extendidas, lo que permite apreciar mejor las dos franjas amarillas. En el sitio del INBio, y en otros hay hermosas fotos en vista ventral de esta mariposa, es muy llamativa.

Ahora tengo sentimientos mixtos; quizás pude levantarla suavemente del suelo para admirar su vientre y quizás ayudarle a secarse y subir su temperatura para que pudiera volar. Con la naturaleza frágil que nos rodea, es mejor estar seguro antes de intervenir, para no causar un problema.

Solo espero volverme a topar con una Catasticta teutila flavomaculata, en mejores condiciones y clima, quizás volando, para admirar plenamente su belleza.

domingo, 5 de enero de 2014

Colobura

Colaboración de Marie Lissette Alvarado

Esta hermosa lepidóptera del tipo diurno, no es muy común verla en Zapote. Por el momento he encontrado una por el sector del redondel y otra por el costado oeste del Parque de la Paz. No sé si es una Colobura annulata, o una Colubura dirce, pues las referencias que tengo no me permiten decidirlo, le preguntaré a un especialista.

El hermoso diseño y estilizadas formas de sus alas merecen una descripción tan detallada como sea posible y eso voy a intentar ahora.
A simple vista se podría considerar que es una mariposa con un camuflaje estilo “cebra”, pero al mirarla con detenimiento, pero no es del todo correcto.
Toda la mariposa, (diseños, líneas y manchas) es dicromática,  sus colores son café oscuro sobre un fondo blancuzco.
Observando el vientre de la mariposa, especialmente las alas posteriores, encuentro tres líneas  delgadas y simétricas que se extienden desde el borde interno  hacia el externo, en forma transversal unos 5 milímetros en cada ala, que al juntarse bajo el tronco dan la sensación de que definen el abdomen.
Sus bordes  tienen un suave contorno redondeado que al llegar a su extremo inferior se extiende en una pequeña sección más delgada como las mariposas catalogadas “cola de pato” pero menos pronunciadas; en esta parte de las alas hay una pequeña mancha oscura en la punta con un leve sombreado en tono amarillento.
Esto es parte de su camuflaje para escapar, pues al mantener las alas cerradas muestra una especie de cabeza que confundirá a posibles depredadores,  pues parece que tiene dos cabezas y entonces no se sabría hacia dónde huir.
A los lados de estas alas hay una gruesa franja  blancuzca, de unos dos milímetros de ancho, que recorre todo el borde hasta encontrarse en la punta inferior con la mancha oscura que  asemeja otra cabeza.
De estas franjas nacen una serie de líneas oscuras y muy delgadas que van desde la parte superior hacia la inferior, uniendo sus extremos cerca de la mencionada mancha en la punta.
También se puede  apreciar cerca del borde externo de las alas tres pequeños círculos. El primero ubicado junto a la franja blanca es el de mayor tamaño, aproximadamente de unos tres milímetros de diámetro, el de en medio con un tamaño de dos milímetros de diámetro y el tercero de escaso un milímetro de diámetro; todos en hilera y unidos, siguiendo la misma dirección de las líneas.
En cuanto a las alas anteriores, son de mayor longitud; con una envergadura de 7 milímetros; todo su contorno es liso y sus puntas delicadamente redondeadas.

Contrario a las posteriores, en ellas predomina el color blancuzco al café oscuro. Sus diseños entre líneas y manchas son irregulares pero como siempre ocurre, lo que en una ala está diseñado, en la otra será igual en forma color y tamaño.
La mejor forma de apreciar su abdomen es desde abajo, ya que por el dorso sus alas posteriores al juntarse no permiten apreciarlo. Tiene una longitud desde la base del tronco hasta la punta de aproximadamente un centímetro de largo y es de color blanco  y sin líneas.
Mientras que su tronco al observarlo por el anverso también es blanco pero con  tres líneas oscuras que van desde el centro del mismo y se extiende hacia las alas unos 5 milímetros de longitud. Su cara es blanca y sus enormes ojos color café oscuro.
El dorso de las alas es sumamente sencillo en su diseño; las cuatro alas son de color café oscuro, su espalda y abdomen también conservan este color, así como su cabeza.
Lo único que hace la diferencia es que en las alas anteriores, como a la mitad, se extiende desde la parte superior hasta la inferior una gruesa franja de color amarillo claro, de cinco milímetros de ancho, semejando una especie de mitón ya que solo está ligeramente definido lo que podríamos considerar el dedo pulgar.


Mientras que sus alas posteriores conservan a todo lo largo en su parte superior la misma franja de la parte anversa solo que también en color amarillo claro.
Sus antenas tienen una longitud de dos centímetros, muy delgadas, como delicados filamentos.
Sus seis patas también son muy delgadas, con una longitud de dos centímetros.